El camino a clase

Si hay algo por lo que destaco a parte de mi altura, es por ser impuntual.
Todas las mañanas suena el despertador a las 7:45, pongo la televisión y a las 8:00 me despierto justo cuando aparece el ON-OFF de TVE.
Me doy mi ducha de 10 minutos, lavado de pelo incluido, después me seco y me visto, tomo mi desayuno, cojo la mochila y salgo... hasta ahí bien ya son las 8:25 y entre esos 10 minutos en los que llego a clase veo todo tipo de gente.
Me encuentro a profesores y personas con su coche que van a trabajar. Sigo mi camino y en el Eroski están esa pobre gente cogiendo comida caducada del contenedor (Lo que se llega a hacer por hambre), sigo y aparece una mujer cuarentona con gafas y una media melena de esas que ya tienen sus 2 hijos y mucha mala leche.
Continuando aparecen más compañeros dormilones y me encuentro a un pivón, la chica rubia, de unos veinte años, vestida con una chaqueta marrón, pantalones negros y botas grises, maquillada eso sí desde fuera tiene un encanto de lujo, me quedo mirándola desde la lejanía pero ella lleva su camino y mira al frente.
Llego al instituto y me apunta el señor calvo de siempre, doy 3 toques a la puerta y doy los buenos días, algunos profesores no dicen nada, otros saludas y hay una que dice todos los Martes ¡Cómo no, el de siempre!
Si me levantase mas pronto sería un camino distinto con gente distinta.